Características tejido muscular esquelético, cardíaco y liso

Tipos de tejido muscular en humanos

El tejido muscular tiene como característica particular la capacidad de contraerse y, según la apariencia de su citoplasma, se clasifica en liso o estriado, dependiendo de la presencia o no dentro de éste de estrías claras y oscuras que se alternan entre sí; el tejido muscular estriado, a su vez, se clasifica en esquelético o cardíaco.

Sobre los tejidos musculares liso y cardíaco se ejerce un control involuntario, a cargo del sistema nervioso autónomo y sobre el tejido muscular esquelético se ejerce un control voluntario, a cargo del sistema nervioso somático.

Por la forma alargada de sus células o miocitos, éstas reciben el nombre de fibras musculares. La membrana citoplasmática de la fibra muscular se denomina sarcolema y su citoplasma sarcoplasma.




Tejido muscular esquelético


La fibra muscular esquelética cumple funciones de movimiento corporal, conservación de la postura y producción de calor como resultado del trabajo que se realiza. Tiene varias características:

- Irritabilidad: capacidad para responder a un estímulo.

- Conductividad: facultad para transmitir o propagar impulsos eléctricos.

- Contractibilidad: capacidad para acortarse y engrosarse.

- Extensibilidad: capacidad para aumentar su longitud.

- Elasticidad: capacidad para recuperar la longitud inicial una vez haya desaparecido la fuerza de estiramiento.

Para que el movimiento se produzca se requiere del funcionamiento integral de los huesos, las articulaciones y los músculos esqueléticos.




Existen varios tipos de movimientos. Unos implican el desplazamiento corporal como el caminar y correr. Otros están limitados a una o más partes del cuerpo como el tomar un objeto con los dedos o mover la cabeza.

Existen, además, los movimientos postulares como el estar de pies y sentados, que requieren de la contracción permanente y medida de ciertos grupos musculares.

El músculo esquelético es el que está insertado en los huesos y está constituido por miles de células alargadas y cilíndricas, que pueden medir hasta 7,5 cm de longitud y su diámetro puede variar de 10 a 100 micras.

Las células musculares esqueléticas son multinucleadas y sus núcleos ocupan una posición periférica dentro de la célula.

El sarcolema se mete o invagina en la célula en determinados sitios y forma una especia de canales que mantienen comunicación con el ambiente extracelular. Estas invaginaciones son perpendiculares a la superficie celular por lo que se les denomina túbulos T.

A cada lado de un canal de éstos y en continuidad con él se ubican cisternas o vesículas del retículo sarcoplásmico liso que contienen iones de calcio necesarios para la contracción muscular.

Al conjunto de tres estructuras, formado por el túbulo T y las dos cisternas del retículo sarcoplásmico, se le conoce como triada muscular.



Cada fibra muscular contiene en su interior un gran número de estructuras filamentosas de aproximadamente 1 micra de diámetro.

Estas son las miofibrillas las cuales, a su vez, están constituidas por proteínas en un arreglo muy exacto y que se denominan miofilamentos.

Es el arreglo de estos últimos el que le da el aspecto estriado a la fibra muscular. La proteína que forma los filamentos gruesos es la miosina y la que principalmente forma los filamentos delgados es la actina.

El sarcómero es la unidad funcional o contráctil de la fibra muscular estriada y responsable de la forma como se disponen entre sí los filamento de actina y los de miosina.

En el sarcómero aparecen unas bandas o estrías claras (isótropas o de refracción simple) que se alternan con otras oscuras (anisótropas o de doble refrigerancia). A las estrías claras se les denomina estrías I, que están formadas por filamentos delgados y existen dos por cada sarcómero.

A las estrías oscuras se les denomina estrías A, que están constituidas por filamentos gruesos o delgados y existe una en cada sarcómero.

A la línea oscura que aparece en ambos extremos del sarcómero, en la unión de un sarcómero con otro debido a la fusión de dos estrías I vecinas, se le denomina línea Z o telofragma.

Mecanismo de la contracción muscular (explicación fisiológica)



Para que un músculo esquelético se contraiga se requiere de:

1. Un estímulo que proviene del nervio motor, el cual con su axón se encarga de inervar a la fibra muscular.

2. Iones de calcio que son liberados de las cisternas del retículo sarcoplásmico.

3. Actina y miosina que interactúan formando enlaces químicos entre si.

4. Energía en forma de ATP (Adenosín trifosfato), el cual al degradarse y liberar calor permite la formación de enlaces de actina-miosina.



El impulso eléctrico que viaja por el axón de la neurona motora hace que ésta libere un neurotransmisor llamado acetilcolina.

Éste es captado por receptores que existen en el sarcolema de la fibra muscular, lo cual hace que ésta se despolarice. EL impulso eléctrico viaja luego por todo el sarcolema, incluidos los túbulos T, cuya finalidad es aumentar la velocidad de propagación del estímulo.

Las cisternas del retículo sarcoplásmico aumentan su permeabilidad y permiten la salida del Ion bivalente de calcio (Ca++) que se pone en contacto con los filamentos de actina y les cambia su conformación molecular.

Al ocurrir esto, los filamentos de miosina se ponen en contacto con los de actina y se forma un compuesto de actinomiosina que hace que los filamentos de actina se deslicen sobre los de miosina, a la manera de un tren que se desliza sobre una carrilera.

El deslizamiento de los filamentos delgados de actina sobre los gruesos de miosina trae como resultado la disminución en longitud del sarcómero, con desaparición de las dos estrías I.

La longitud de la estría A no se modifica con el acortamiento del sarcómero. Este cambio de longitud del sarcómero es el responsable de la contracción muscular.

Una vez cesa el estímulo, el ion de calcio retorna al retículo sarcoplásmico, desaparecen los enlaces de actina-miosina, el sarcómero recobra su longitud inicial y el músculo se relaja.



Tejido muscular cardíaco


El tejido muscular cardíaco

La fibra muscular cardíaca presenta estrías en su citoplasma similares a la del músculo esquelético, debido a que los miofilamentos tienen el mismo arreglo. Las fibras son casi cuadrangulares y se disponen entre si a la manera de una red.

La fibra cardíaca es uninucleada y el núcleo ocupa una posición central dentro de la célula.

Las fibras se unen por sus extremos mediante especializaciones del sarcolema llamadas discos intercalares, las cuales permiten que los impulsos eléctricos se propaguen de una fibra a otra con facilidad y rapidez.

A diferencia de la fibra muscular esquelética, la fibra cardíaca no requiere de un estímulo nervioso para contraerse, es decir, lo hace en forma autónoma.

En medio de las fibras musculares cardíacas que se contraen existen otras llamadas miocitos conducentes, especializadas no en contraerse sino en generar impulsos eléctricos que tienen como finalidad coordinar o sincronizar la contracción de las fibras cardíacas.



Tejido muscular liso o no estriado



Este tejido, por encontrarse en las paredes de las vísceras, se denomina también Tejido visceral.

La célula es alargada o fusiforme y constituye la parte contráctil de los tractos que presenta el cuerpo; también se encuentra en las paredes de los vasos sanguíneos y en la de los vasos linfáticos de mayor calibre.

Las fibras musculares lisas pueden presentarse aisladas en medio del tejido conectivo o formando capas o estratos donde las células siguen una misma dirección, generalmente en estrato circular interno y otro longitudinal externo.

La fibra muscular lisa es uninucleada y el núcleo ocupa una posición central dentro de la célula. El tejido muscular liso se encuentra en las paredes de los tractos digestivo, respiratorio, urinario y reproductor.


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