Conceptos generales sobre los huesos y las articulaciones


He aquí los conceptos generales que debes saber sobre nuestros huesos.

El esqueleto humano consta de 206 huesos que se agrupan en un esqueleto axial o axil y en el esqueleto apendicular superior e inferior.

El esqueleto axil está formado por los 28 huesos del cráneo (incluyendo mandíbula y los osículos auditivos), el hueso hioideo, los 26 huesos de la columna vertebral, el esternón y las 24 costillas.



El esqueleto apendicular superior está formado por 64 huesos y el inferior por 62 (el tarso tiene un hueso menos que el carpo).

Los huesos constituyen el armazón que, a la vez de dar soporte al cuerpo, le permiten movilidad mediante las articulaciones que presentan entre si.

Sobre esta armazón ósea se disponen los músculos esqueléticos, por cuya acción el cuerpo adquiere movimiento.

Los huesos presentan tejido óseo compacto en su parte externa y tejido óseo esponjoso en su interior.

El tejido conectivo que rodea externamente al hueso y que conserva osteoblastos para permitir su reparación en caso de fractura o para su remodelación, se denomina periostio y es continuo con el tejido conectivo que forma los tendones y las aponeurosis que se insertan en los huesos.

Por su forma los huesos se clasifican en longos o largos, breves o cortos, planos e irregulares.



Un hueso largo o longo consta de un cuerpo o diáfisis y dos extremidades o epífisis. Por su posición las epífisis se denominan superior o proximal e inferior o distal.

El tejido conectivo adiposo que ocupa la cavidad medular de la diáfisis se denomina médula ósea amarilla, en tanto que el que ocupa las cavidades del tejido óseo esponjoso de las epífisis y que conserva su función hemocitopoyética es la médula ósea roja.

En los huesos planos el diploe corresponde a la capa de tejido óseo esponjoso situada entre dos capas de tejido óseo compacto.

Los huesos presentan diferentes tipos de accidentes óseos. Una rugosidad que puede corresponder a la inserción de un músculo constituye una tuberosidad.

Cuando es una saliente de mayor tamaño se denomina tubérculo o trocánter. Si se trata de una saliente puntiaguda es un proceso de apófisis.



Conceptos generales sobre las articulaciones



Las articulaciones son las conexiones funcionales de los huesos.

Pueden clasificarse según el tipo de tejido que conecta las superficies articulares en fibrosas, cartilaginosas y sinoviales; las sinoviales se clasifican, a su vez, según la forma de las superficies articulares y según su movilidad.

Articulaciones fibrosas



Son aquellas en las cuales las caras articulares están conectadas por tejido conectivo fibroso y carecen de movimiento, clasificadas en:

- Suturas: son las articulaciones en las cuales los huesos están unidos por tejido fibroso como en los huesos planos del cráneo.

Ejemplos de ellas son las suturas coronal y sagital. El tejido conectivo que uno los huesos en este caso se denomina ligamento sutural.

- Sindesmosis: se denomina aquellas en que los huesos están unidos por ligamentos interóseos, como la sindesmosis tibiofibular que une las extremidades inferiores de los dos huesos de la pierna mediante los ligamentos tibiofibulares anterior y posterior.

Las membranas interóseas que unen las diáfisis de los huesos antebrazo (radio y el hueso de la ulna) como muestra la siguiente imagen.



Gonfosis: se denominan aquellas en que un proceso cónico encaja en una cavidad, como ocurre en la raíz del diente y su alvéolo dental.

El tejido conectivo que fija el diente en este caso se denomina ligamento periodontal.





Articulaciones cartilaginosas



Son aquellas en las cuales las caras articulares están conectadas por cartílago y presentan un ligero movimiento.

- Sincondrosis: se denominan las articulaciones en las cuales los huesos están unidos por un cartílago que puede osificarse en el adulto y son ejemplos de ellas las sincondrosis manubrioesternal y xifoesternal que conectan entre sí las tres partes del esternón.

- Sínfisis: se denominan aquellas en que un disco de fibrocartílago se interpone entre los huesos.

Este tipo de articulación se presenta entre el cuerpo de los huesos de la pubis (sínfisis púbica) y entre los cuerpos vertebrales (sínfisis vertebral).



Articulaciones sinoviales



Se caracterizan por tener una cavidad articular llena de líquido sinovial (reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos en las articulaciones para lubricarlas y acolcharlas durante el movimiento), cartílago articular (de tipo hialino) que reviste las superficies óseas que quedan en contacto, cápsula articular y ligamentos que refuerzan la cápsula.

Pueden existir discos o meniscos de fibrocartílago en el interior de la cavidad articular, lo cual hace que la articulación se convierta de sinovial simple a sinovial compuesta. Dependiendo de la libertad de movimientos, estas articulaciones se clasifican en planas, uniaxiales, biaxiales y poliaxiales.

1. Las planas: solo presentan pequeños movimientos de deslizamiento, como las intercarpianas, las intertarsianas y las cigapofiseales que unen entre si los procesos articulares de las vértebras.

2. Las uniaxiales: tienen movimientos en un solo plano y según la forma de sus caras articulares se clasifican en:

- Gínglimo: porque se asemeja al movimiento de una bisagra.

Se mueve sobre el plano sagital, hacia adelante en flexión y hacia atrás en extensión, como en las articulaciones interfalángicas de los dedos de las manos y de los pies.

- Trocoidea: es la que permite movimientos de rotación sobre el plano transversal, donde un hueso actúa como eje y otro gira alrededor de él.

Son ejemplos la articulación atlantoaxial mediana, entre el diente del axis y el arco anterior del atlas, y las articulaciones radioulnares que permiten rotar el antebrazo medial o lateralmente para producir pronación y supinación, respectivamente (también mostrados en la imagen anterior).



3. Las biaxiales: permiten movimientos en dos planos y según la forma de sus caras se clasifican en:

- Condíleas: porque una de las superficies articulares es un cóndilo o cabeza pequeña, de forma esférica, que encaja en una pequeña cavidad redonda.

Ejemplos de ella son las articulaciones atlantooccipitales que se realizan entre el cráneo y el altas, las metacarpofalángicas y las metatarsofalánficas.

Sobre el plano sagital respectivamente realizan flexión y extensión de la cabeza o de las falanges proximales de los dedos; sobre el plano frontal la cabeza realiza inflexión lateral (se inclina) a la derecha o a la izquierda y los dedos realizan abducción (se separan) y aducción (se acercan).

- Elipsoidea: porque una superficie articular es ovoide y encaja en una cavidad elíptica y el ejemplo es la articulación radiocarpiana que en el plano sagital realiza flexión y extensión de la mano y en el plano frontal abducción y aducción de ella.

- Sillar: porque una superficie articular tiene forma de silla de montar y la otra es recíprocamente cóncavoconvexa.

Ejemplo de ésta es la articulación carpometacarpiana del pulgar entre el hueso trapecio del carpo y la base del primer metacarpiano.

En el plano frontal el pulgar se desplaza medialmente en la flexión y lateralmente en la extensión, en tanto que en plano sagital se desplaza hacia adelante (se aleja de la palma de la mano), en abducción y hacia atrás (se acerca a la palma de la mano) en aducción.

4. Las poliaxiales: se mueven en los tres planos y por la forma de sus caras y articulaciones se denominan esferoideas.

Los ejemplos de estas son las articulaciones glenohumeral, entre escápula y húmero, y coxofemoral, entre los huesos coxal y del fémur. En los planos sagital y frontal realizan movimientos similares a las biaxiales y, adicionalmente, en el plano transversal rotan los huesos medial o lateralmente.





AMPLÍA TU CONOCIMIENTO SOBRE ESTE TEMA:

- Tipos de Huesos que existen, sus articulaciones y funciones.


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