Órgano del olfato y la nariz: características, partes y funciones


El órgano del olfato tiene sus receptores en la parte superior de la cavidad nasal, en la túnica mucosa.

Está constituido por una vía nerviosa que involucra tres relevos neuronales: la primera neurona está localizada en la túnica mucosa de la cavidad nasal, la segunda en el bulbo olfatorio y la tercera en la corteza olfatoria.

Esta última hace parte del rinencéfalo el cual, a su vez, es un componente del sistema límbico que tiene que ver con el control de las funciones viscerales, de las emociones y con la memoria reciente.



La parte de la cavidad nasal relaciona con el olfato es la región olfatoria y se sitúa por encima de la concha nasal media, tanto en el septo de la nariz como en la pared lateral.

Presenta un epitelio no ciliado y glándulas de secreción serosa llamadas glándulas olfatorias.

Los receptores del olfato son las células neurosensoriales olfatorias, que corresponden a neuronas bipolares cuya prolongación periférica, la que se proyecta hacia la cavidad nasal, termina en un copete o penacho de cilios llamados pelos olfatorios.

La prolongación central de las células olfatorias o neurofibra se agrupa para formar aproximadamente 20 nervios olfatorios, los cuales atraviesan la lámina cribosa del etmoidal para penetrar a la fosa anterior del cráneo.

Por debajo del lobo frontal del cerebro se encuentra el bulbo olfatorio, donde se sitúan las neuronas con las cuales hacen sinapsis los nervios olfatorios.

Los axones de estas segundas neuronas se agrupan para formar el tracto olfatorio que cursa hacia atrás por debajo del lobo frontal y termina dividiéndose en estrías olfatorias medial y lateral.



La estría medial lleva las sensaciones olfatorias inconscientes hasta el lobo frontal, en tanto que la estría lateral conduce las sensaciones conscientes hacia el lobo temporal (hipocampo y giro olfatorio lateral).



El estímulo olfativo se produce cuando las sustancias odoríferas, disueltas en la secreción serosa de las glándulas olfatorias, entran en contacto con los pelos de la célula olfatoria y se despolariza la célula; el impulso nervioso es conducido por el nervio olfatorio, el cual constituye el primer nervio craneal.

Este es el único de los nervios craneales que no tiene relevo en el tálamo. La anosmia es la pérdida del olfato.

Los trastornos del olfato pueden tener origen en la cavidad nasal (etiología rinosinusal) o ser complicación de un trauma craneoencefálico.



La naríz


La Nariz es la estructura prominente ubicada entre los ojos que sirve como entrada al tracto respiratorio y contiene el órgano olfativo.

Proporciona aire para la respiración, sirve al sentido del olfato, acondiciona el aire filtrándolo, calentándolo y humedeciéndolo, y se limpia de restos extraídos de inhalaciones.

La nariz tiene dos cavidades, separadas una de la otra por una pared de cartílago llamada tabique.

Las aberturas externas que componen a la nariz se conocen como narinas o fosas nasales.

El techo de la boca y el piso de la nariz están formados por el hueso palatino, cuya parte de la boca se conoce comúnmente como paladar duro; un colgajo de tejido, el paladar blando, se extiende hacia la nasofaringe, la porción nasal de la garganta, y durante la deglución se presiona hacia arriba, cerrando así la nasofaringe para que la comida no se aloje en la parte posterior de la nariz.

La forma de la cavidad nasal es compleja. La sección delantera, dentro y encima de cada orificio nasal, se llama vestíbulo.



Detrás del vestíbulo y a lo largo de cada pared exterior hay tres elevaciones, que van generalmente de adelante hacia atrás.

Cada elevación, llamada concha o cornete nasal, cuelga sobre un pasaje de aire. Al lado y arriba de la concha superior está la región olfativa de la cavidad nasal. El resto de la cavidad es la porción respiratoria.

El área respiratoria está revestida con una membrana mucosa húmeda con finas proyecciones en forma de pelos conocidas como cilios, que sirven para recoger los desechos.

El moco de las células en la pared de la membrana también ayuda a atrapar partículas de polvo, carbón, hollín y bacterias.

Las cavidades sinusales se localizan en el cráneo óseo a ambos lados de la nariz.

En la porción olfativa (olorosa) de la nariz, la mayor parte del revestimiento es una membrana mucosa. Un pequeño segmento del revestimiento contiene las células nerviosas que son los órganos sensoriales reales.

Las fibras, llamadas dendritas, que se proyectan desde las células nerviosas hacia la cavidad nasal, están cubiertas solo por una fina capa de humedad.

La humedad disuelve partículas microscópicas que el aire ha transportado a la nariz por sustancias que emiten olores, y las partículas disueltas en el líquido estimulan las células nerviosas olfativas químicamente.


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